La Caca de la vaca volvió este 2018 con nueva agrupación pero con la misma energía y fuerza característica como Banda nacional oriunda de nuestro pueblo. Se presentaron este sábado 22 de Diciembre, en el barrio El Hoyón con buena música libre, sorpresas, fuego y muchos espectadores que asistieron muy motivados a este reencuentro con una Banda muy conocida y que en esta ocasión estuvo bajo la opresión policial y saboteó del mismo.
La Caca de la vaca vuelve y construye este ensamble a modo de trío de poder, lleno de buenas rítmicas bailables, buen sonido, un repertorio aceptable, protestas políticas, y mucho más que disfrutar en conjunto de Pablo Badilla al bajo , Ariel Soto en la batería y Julián Jimenez cantante y vocalista líder de esta banda oriunda de Los Chiles, Daniel Flores. Alguien con mucho talento de la comunidad y ambiente musical local.
Legalice it, Mañanita, Rodrigo, No quiero, Karnaval, La Buena vibra, Las Botas, La Antipatriótica, Tu también, Vamos pal Monte, Somos del Bosque… Son temas que nos hicieron recordar tiempos de mucha vacalicticidad y buena música. Y que resonaron en muchos con su mensaje creativo de protestas. Un sonido que reconocemos y disfrutamos de nuestro pueblo y tiempo.
«Recuerdo a mi padre hablándome de unos vecinos que ensayaban cerca de casa a todo volumen. Así conocí a la Caca de la Vaca, agrupación de Reggae Ska Punk Generaleño que llevó con un recuerdo especial. Esto fue hace más de 5 años atrás, La música y psiconfantropia fue nuestro camino en conjunto. Hoy me alegra volver a escuchar sus sonidos que alzan la voz de una generación amante de la naturaleza y buena música criolla. Gracias Julian Jimenez por ser parte de nuestra comunidad de músicos y ante todo ser un creador de lo propio con tu musica.»
Julián Jimenéz cantante y líder interpretó este concierto esta noche con los nuevos y viejos amigos integrantes ; Pablo Badilla en el bajo con una ejecución muy «groove» , Pablo ó «Pablix» ha estado al lado de la Banda y sus sonidos desde diferentes ángulos y procesos. Un elemento ya característico y clásico del sonido de la vaca. En la percusión como un reloj suizo y con un beat único; Ariel Soto interpretó el esqueleto bailable sobre una métrica bien definida que nos hizo saltar a más de uno.
Este concierto se realizó en una propiedad privada donde cientos de personas asistieron a disfrutar de una fogata enorme, comida, bebidas y un ambiente de relajación y música original. La Banda dio un espectáculo muy bueno de alta calidad. La gente bailó y gozó mucho los más de 15 temas interpretados. La sorpresa fue que la policía hizo un retén en la entrada del concierto, estuvieron obstruyendo el tránsito de peatones y vehículos retrasando y alejando en confusión a muchas otras personas. Este operativo estuvo por más de 2 horas afectando el inicio de la fiesta privada, bajo la presunción de que ellos tenían el derecho de hacer estos operativos donde quisieran y que era casualidad que fuera al frente de la fiesta.
Pero eso no fue todo pues al llegar la Banda les detuvieron y más de diez oficiales empezaron a conversar generando una discusión y diciendo que cuidarían de que no portáramos armas de fuego. Curioso que ellos que las portan y las admiran sean quienes «cuidan» por nuestra paz. En la conversación los oficiales nos aclararon en tono muy desagradable que nuestro trabajo no le importaba a nadie y que la música no había hecho nada por los demás…
Música local es obstruida bajo opresión y saboteo del evento.
El concierto inició con el retraso debido por este «retén» policial en la calle pública, construyendo acusaciones y decomisos por la música y los espacios jóvenes que se han tenido que crear a falta de promoción cultural por parte de nuestros gobiernos locales.
Pérez Zeledón ha sido un terreno donde el crecimiento cultural ah aflorado lentamente sin ayuda del gobierno municipal o pseudo ministerios culturales. Hemos sido agentes invisibles para nuestras «autoridades» públicas. Ahora el trabajo y sonido de algunas bandas es una amenaza para mentes llenas de prejuicios y carentes de conciencia.
Claro el interés de la policía por nuestra seguridad esa noche era limitado y negligente dado que antes de finalizar el concierto con #cacadelavaca alguien arrancó de manera delictiva el medidor de la cometida de corriente en la entrada de la propiedad. Ocasionando un apagón antes del ultimo remate de la banda. Esto contempla un delito evidente ante una actividad de carácter privado y cultural autóctono de nuestro pueblo. Nos preguntamos : ¿Si la policía quiso asegurar la comunidad de algo, porque no mantuvo un personal en la entrada ? .
Transmutación de fuego:
Un grupo de artistas del circo FANTAZZTICO convirtió el ambiente y estos actos contra la corriente eléctrica, los cuales limitaron la presentación de la danza de fuego, por falta de electricidad, en un espectáculo dinámico con fuego que convirtió la noche en una velada caliente y con mucha reacción artística.
Bailes, tambores,malabares, fuego y una presentación única con mucha experiencia fueron el cierre perfecto a una noche de concierto con Caca de la vaca, en una actividad saboteada por actos de mentes débiles que no conocen su propia pueblo y juventud creativa.
A pesar de todo lo ocurrido la Banda sacó la tarea y pudo complacer a un público muy interesado en el recorrido y temas a cargo de Julián Jiménez. Los espectadores disfrutamos de una fiesta completa con sonidos propios de nuestro pueblo y esta ya mítica Banda.
Ahora los artistas y músicos sabemos que esa inseguridad que vivimos los costarricenses músicos no solo proviene de los ladrones, estafadores, políticos corruptos, no, ahora un sector de la policía es parte de esta tendencia de oprimir la libre expresión del arte de nuestro pueblo. Estamos en un estado facista opresor no ahy duda. El arte y su importancia es carente en ciertos estratos sociales.
Nathanael Marín
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